cuando estoy muy cerca de ti

Mi querida Isabel,

Deseo siempre estar muy cerca de ti. Cuanto más mejor. Y esto incluye, ¿porqué no decirlo? el sentir tus labios contra los míos... pero eso se queda en mi imaginación.

Sin embargo, a veces veo mi deseo cumplido, aunque sea sólo de una forma aproximada. Cuando estamos en una multitud, aprovecho para colocarme lo más cerca de ti posible, imaginando que somos pareja, y te tengo muy cerca, los dos hombro con hombro, o pecho con espalda. Sin llegar al extremo de tocarte, juego a sentirte muy cerca, y llego a veces a sentir tu aroma, tu cercanía. Me deleito con el brillo de tu pelo, tan inalcanzable para mi, simple cuñado. Y es ahí cuando pienso en ti, en nosotros, en esa utopía que supone estar juntos, ser pareja de verdad. Sé bien que eso, por imposible, queda lejos de mi alcance, y te debo tal respeto, a ti y a los que nos rodean, que trato de que mis fantasías sean tan efímeras como el viento que revuelve tu melena adorable y dulce.

En momentos así me enorgullezco de ti, pienso en quien eres, una mujer perfecta, una perfecta señora. Y siento celos de quienes entre la multitud te tienen al alcance de su mirada, porque tu belleza es obra de arte, es generosa simpatía, es perfección, mi querida y amada Isabel.

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